jueves, 24 de noviembre de 2011

CON ALAS FUERTES PARA VOLAR ALTO

Con las tristezas de las despedidas, pero con la ilusión de la misión cumplida, hoy culminan una etapa muy importante en sus vidas. A muchos de ustedes los conocí cuando aún eran unos niños, con esas miradas tiernas y frágiles, pero llenas de esperanza, como olvidar hace seis años a aquella niña para quien el salón de clases era un campo de batalla donde luchaba con todo y contra todos y hoy es una señorita alegre, feliz, descomplicada, excelente amiga, bondadosa y ejemplo de superación.

Tuve la suerte de ser el director de un excelente grupo, hoy quiero darles a todos y cada uno de ustedes mis más sinceras felicitaciones, desearles éxitos en cada uno de los proyectos que decidan emprender y decirles que fueron y serán verdaderos hijos para mí.

En este y los demás grupos encontré personas maravillosas, llenas de vida, con una juventud en éxtasis, con ganas de comerse al mundo, con sueños e ilusiones, solo espero que mi paso por sus vidas haya servido y que con el tiempo los frutos se vean reflejados.

Quiero pedir disculpas a quienes se hayan sentido ofendidos por alguna palabra o acción de mi parte, nunca lo hice con la intensión de herirlos o lastimarlos, era y es porque con el tiempo ustedes pasan a ser parte de mi vida, aprendí a quererlos y aceptarlos con sus virtudes y defectos, pero con la ilusión de hacer de ustedes unas magníficas personas. Quise inculcar en ustedes los principios éticos más altos: responsabilidad, honestidad, justicia, autosuperación, disciplina, libertad e independencia; son estos valores los que les permitirán volar tan alto como sus sueños.

En vuestras vidas siempre tendrán que cerrar y comenzar ciclos, este que hoy terminan es quizá uno de los más inolvidables, por sus amigos, por todo lo compartido, por las peleas, los triunfos y derrotas, las tareas, los trasnochos y porque no, por el primer beso, el primer amor, el primer desamor. Todo esto pasará a la historia de cada uno de ustedes. Ahora hay que prepararse para ser una persona útil a la sociedad, devolver todo lo que vuestros padres y maestros hicieron por ustedes, sus maestros fortalecieron vuestras alas, peros son ustedes los que tendrán que volar, volar tan alto como lo sueñen.

Su maestro y amigo

Nelson O. Cáceres Muñoz